Tuve que recordar lo pasado con Armando para tratar de encontrar un sentimiento igual o parecido al que había sentido durante aquel castigo. Y en realidad, en ningún momento lo encontré.
- No, nunca me había sentido así antes, no sé por qué. Y sí, claro que me había castigado, muchas veces, pero nunca utilizando algo que me resultara desagradable. Me azotaba, o me daba cachetazos, pero eso era algo que me gustaba, me excitaba incluso y supongo que, en realidad,
- tocamientos en mi sexo. Por lo menos, no me hacía sentir lo que me ha hecho sentir este castigo.
- Vaya, veo que aún tienes mucho que aprender como sumisa – dijo Alberto – y me alegro de que sea conmigo – me sonrió y su sonrisa hizo que mi corazón se calentara.
- Yo también me alegro, Señor.
Su mano acarició la mía suavemente, me gustaba su modo de tratarme, duro cuando realmente lo necesitaba, y suave y cariñoso cuando así debía ser. Y entonces una idea cruzó mi cabeza, y tuve que preguntarle:
- ¿Has tenido muchas sumisas?
Me miró profundamente.
- No, no muchas. A ver, déjame que lo piense – dijo sonriendo travieso – unas veinte más o menos, jajaja. – Su carcajada llenó la casa y empecé a reír yo también.
- Vamos, hablo en serio, ¿cuántas has tenido?
- Está bien, tu eres la número tres y espero que la definitiva – aquella confesión me hizo sentir feliz. Le sonreí tratando de transmitirle la felicidad que me estaba haciendo sentir.
- Creo que contigo estoy descubriendo cosas nuevas de mí misma que nunca antes había experimentado – le dije.
- Me alegro.
Habíamos ya terminado de cenar, y mirándome a los ojos me dijo:
- Vamos a la habitación, creo que también tienes un premio esta noche.
Y tan solo escuchar esas palabras mi sexo palpitó excitado. Alberto se levantó de la mesa, y me tendió la mano. Se la cogí y tiró de mí. Salimos de la cocina y subimos por las escaleras. Me llevó hasta su habitación y allí primero me desnudó despacio. Quitándome las prendas una por una, primero la blusa, que tiró sobre una silla, luego la falda, a continuación, se acercó a una cómoda que tenía a los pies de la cama y sacó un pañuelo de seda. Me lo puso tapando mis ojos. Entonces me acercó a la cama y me puso de espaldas a ella indicándome:
- Siéntate.
Obedecí, sentándome sobre la cama.
- Ahora acuéstate, y pon tus manos por encima de tu cabeza.
De nuevo obedecí, y sentí como ataba mis muñecas la una a la otra por encima de mi cabeza. Luego me separó las piernas y sentí que me las ataba a lo que supuse era una barra de separación, ya que al tocar esta sobre mis tobillos estaba fría como el metal. Luego sentí sus labios besando los míos.
- Muy bien, mi Princesa, voy a excitarte, a penetrarte y follarte de mil y una formas, puedes correrte cuando lo desees, puesto que esto es un premio, esta vez no jugaremos a controlar tu orgasmo, ya tendremos tiempo para eso en los próximos días, ¿de acuerdo?
- Si, Señor – le dije.
Sentí como se alejaba de mí y tirando de mis piernas me colocaba como él deseaba al borde de la cama. Sentí sus manos acariciando mis piernas de abajo a arriba y luego su lengua sobre mi sexo, gemí y me estremecí. Siguió lamiendo, metiendo su lengua dentro de mi vagina, mordió, lamió y chupeteó mi sexo repetidamente, haciendo crecer mi placer. Oí el zumbido de un aparato, y luego como lo introducía en mí, era un consolador. Lo movió dentro y fuera de mí durante unos minutos, hasta que me corrí por primera vez.
Entonces se puso sobre mí, me besó apasionadamente y situándose entre mis piernas, sentí como movía su polla sobre mi húmedo sexo, y seguidamente sin más preámbulos me penetró y empezó a moverse dentro y fuera de mí, una y otra vez, salvajemente, tirando de mi pelo, usándome como a una puta. Me besó y finalmente, me quitó la venda y mirándome a los ojos, siguió follándome hasta que se corrió dentro de mí, dando un par de fuertes empujones. Lo que me hizo sentir satisfecha y feliz, me abrazó y me besó y luego soltó mis manos, y me acurrucó entre sus brazos colocándonos abrazados sobre la cama. Aquella calma que precedió a aquel maravilloso momento hizo que terminara cerrando los ojos y durmiéndome. Estaba cansada y necesitaba descansar.
Desperté unas horas después, estaba sola en la cama, miré a mi alrededor, pero parecía que estaba sola en aquella habitación así que me levanté, busqué algo para taparme un poco pero no lo encontré. Así que salí desnuda de la habitación. Recorrí el largo pasillo y vi que había luz en la habitación que había al final. La puerta estaba abierta, y dentro estaba Alberto. Era su despacho. Alberto estaba sentado en la mesa, frente a un ordenador en el que escribía algo. Llamé tímidamente a la puerta. Y al oír el ruido me miró.
- Vaya, espero que hayas descansado bien.
- Sí, ¿qué estás haciendo, si puede saberse? – le pregunté curiosa.
Me sonrió y me contestó:
- Estoy redactando el contrato de sumisión. Ya casi lo tengo. ¿Quieres leerlo? Y hasta podrás firmarlo, sería algo hermoso que lo hicieras ahora, así, desnuda, sentada en esa silla – me dijo indicándome la silla que tenía enfrente al otro lado de la mesa.
Le sonreí y me acerqué a la mesa, sentándome en la silla que había indicado.
- Sí, ¿Por qué no? – le dije.
Y vi cómo, tras apretar algunas teclas, empezaba a imprimirse el papel. Lo sacó de la impresora y lo puso frente a mí. Y empecé a leer.
CONTRATO DE SUMISIÓN ENTRE EMMA CASTILLA Y ALBERTO RODRIGUEZ.
De ahora en adelante y para que conste, serán conocidos como Princesa y Amo Dark. Por el presente documento acuerdan que:
Princesa como sumisa tiene las siguientes obligaciones y deberes:
1. Llamará a su Amo por el nombre de Amo Dark y siempre dirigiéndose a él como Señor.
2. Llevará una pulsera con las iniciales de Amo Dark en su vida cotidiana, como símbolo de pertenencia a él, y un collar de cuero en su cuello con las mismas iniciales, cuando jueguen en sus respectivos hogares o en el club del cual Princesa pasará a ser miembro de pleno derecho como sumisa de Amo Dark.
3. Irá siempre desnuda en casa de Amo Dark o en su propia casa, cuando estén a solas y en el ejercicio de sus juegos.
4. Respetará todas y cada una de las ordenes y mandatos de su Amo, entregándole a este por completo el control de su placer y su sexualidad.
5. Ofrecerá su cuerpo a Amo Dark para que este goce, y así darle el máximo placer y cualquier cosa que este desee.
6. Irá siempre debidamente depilada, sobre todo en la zona genital.
7. Será totalmente sincera en sus sentimientos, fantasías y deseos, los cuales expondrá debidamente a su Amo en todo momento.
8. No se dará placer a si misma sin el permiso expreso de su Amo en ningún momento, y si eso sucediera será debidamente castigada.
9. No llevará nunca ropa interior, excepto en los momentos que así mismo su Amo, el Señor Dark, se lo permita. Podrá usar ropa interior solo durante los días en que dure su periodo y el Amo deberá estar debidamente informado de eso.
10. Aceptará todos y cada uno de los castigos que su Amo le imponga cuando esta desobedezca alguna de las obligaciones y deberes citados anteriormente.
11. Usará la palabra de seguridad cuando no se sienta segura de poder enfrentarse a una escena o situación.
Amo Dark como Amo tendrá las siguientes obligaciones y deberes:
1. Será siempre sincero y honesto con su sumisa, explicándole y contándole cuáles son sus sentimientos, deseos y fantasías.
2. Tratará de controlar sus emociones sin dejarse llevar por ellas en el momento del juego entre él y su Sumisa Princesa.
3. Estará siempre pendiente y protegerá a su sumisa por encima de todo y de todos, ya que su sumisa es su bien más preciado.
4. Supervisará todas y cada una de las escenas, tanto aquellas en las que participe como aquellas en las que actúe como simple espectador, en las cuales esté implicada su sumisa, tratando que esta esté siempre segura y se encuentre bien.
5. Se asegurará que su sumisa mantiene su estabilidad emocional en todas y cada una de las escenas en las que participe y si eso no es así, Amo Dark detendrá la escena inmediatamente, incluso aunque su sumisa no haya usado la palabra de seguridad, si este cree que es realmente necesario y conveniente para la seguridad y estabilidad de la sumisa.
6. Tratará de saber, averiguar y entender lo que quiere y necesita su sumisa, no solo en el juego sino también una vez este haya terminado.
7. Se preocupará de administrar el debido aftercare a su sumisa tras todas y cada una de las sesiones y juegos en los que participen, con cariño y hablando sinceramente de lo que ambos han sentido en ese momento y dándole total apoyo a su sumisa.
8. Tratará de ganarse la confianza de su sumisa, para que está esté siempre totalmente segura de que puede confiar en él en todo momento, incluso en los más duros de cada uno de los juegos y sesiones.
9. El Amo administrará los consabidos castigos que más adelante se detallan, cuando así lo crea conveniente o cuando su sumisa cometa alguna falta.
10. Llamará a su sumisa Putita, zorra, zorrita, perrita, durante las sesiones además de por su nombre de sumisa (Princesa).
Palabra de Seguridad.
La sumisa usará su palabra de Seguridad: NEGRO cuando no se sienta segura o capaz de sobre llevar una práctica que la obligue a sobrepasar alguno de sus límites. El amo se compromete a parar la escena en ese momento, y preocuparse de administrarle a su sumisa el debido aftercare ante dicha situación.
El Amo también podrá utilizar la palabra de seguridad, si siente que su sumisa está sobrepasando el límite y percibe que está no se encuentra en las condiciones debidas.
Practicas acordadas de mutuo acuerdo.
1. Control del orgasmo: El Amo enseñara a su sumisa a controlar su orgasmo, hasta que esta sea capaz de correrse solo cuando su amo se lo permita.
2. Ataduras y restricciones: La sumisa será atada y restringida siempre en todas y cada una de las escenas o sesiones que realicen. Estas restricciones podrán ser mediante cuerdas, cepos, esposas y cualquier método de restricción.
3. Amo y sumisa acuerdan practicar Sexo Oral, Anal y vaginal durante las sesiones y escenas.
4. Se acuerda el uso de juguetes de todo tipo durante las sesiones, según crea conveniente el Amo.
5. Ambos también practicaran la masturbación, ya sea sobre uno mismo o el uno al otro durante las sesiones, todo según crea conveniente el Amo.
6. Practicaran cibersexo y sexo telefónico cuando así lo crea conveniente el Amo, y siempre en los momentos en que él esté de viaje y alejado de su sumisa físicamente.
7. El uso de azotes y cachetadas no sólo se utilizará como castigo, sino también como juego dentro de las sesiones.
8. Role-play. Juego de colegialas y profesor, violación y secuestro, petplay.
9. La sumisa será usada como mueble en algunas situaciones y sesiones cuando así lo convenga el Amo.
10. Eventualmente, tanto el Amo como la sumisa jugaran con otros sumisos. Pero solo como algo eventual y nunca con la misma persona más de dos veces.
11. La práctica de sexo en público, será generalmente en el club BDSM al que pertenece el Amo y en lugares donde el Amo así lo decida.
Castigos.
1. Si la sumisa no llama al Amo por su nombre (Dark) o Señor en sus juegos, recibirá diez azotes en cada nalga.
2. Si desobedece una orden del Amo, llevará las pinzas en los pezones durante cinco minutos.
Si se masturba o se da placer sexual sin el consentimiento de su Amo, será tocada y magreada por otros en el club.
3. Si usa ropa interior (exceptuando los momentos y situaciones en que su Amo le permita usarla) deberá lamer los pies desnudos de su Amo.
4. Si contesta de mala manera, o no lo hace cuando su Amo le pregunta, recibirá 20 azotes en cada nalga.
5. Si olvida desnudarse en casa de su Amo o permanece vestida en lugares y situaciones que debería estar desnuda, el Amo la usará como mascota en el club BDSM y como tal la llevará atada con un collar y correa de perro.
Limites
Blandos los cuales el Amo tratará de que la sumisa sea capaz de vencer:
- Sexo en público.
- Sexo con otros
- Fisting
- Besar los pies, zapatos, del Amo.
- Pony o pet play.
Duros.
- Cesión a otros Amos.
- Ser encerrado o enjaulado.
- Usar máscara de látex
- Fuego- juegos con cera caliente
- Juegos con agujas- pinchazos.
- Lluvia dorada, marrón.
- Marcas
- Ser escupido.
- Juegos con electricidad, electrocución, etc.
Leído y comprendido este contrato, acepto a Amo Dark como mi Amo, para seguir todas sus ordenes y obedecerle, serle fiel y sincera siempre con él.
La sumisa.
Leído y comprendido este contrato, acepto a Princesa como sumisa, para cuidarla y respetarla y usarla como mas me plazca, siendo siempre fiel y sincero con ella.
El Amo.
A 7 de julio de 2017
Si esta es la primera parte que has leido de este relato quizás podrías empezar por aquí: https://relatoserotikakarenc.blogspot.com/2020/10/y-si-fuera-el-capitulo-1.html