Llevamos ya 40 días de cuarentena, cuarenta días en casa por culpa del maldito Coronavirus. Dicen que cada 100 años aproximadamente, desde los últimos trescientos hay una pandemia que afecta a un gran número de habitantes de este mundo cada vez más global. En 1720 fué la peste, en 1817 el cólera, entre 1918-19, la gripe española y en este 2020 el Covid-19.
Y a nosotros nos ha tocado este Coronavirus. Sí hace un año nos hubiera dicho que a fecha de hoy ibamos a estar encerrados en casa sin poder salir nada más que para lo imprescindible y que todo iba a ser por culpa de un virus tan minúsculo que es imposible de ver a simple vista, probablemente le hubieramos dicho a quien nos huviera dicho eso que nos estaba tomando el pelo, que vaya broma más macraba. Pero aquí estamos, encerrados, esperando que esto pase y mientras tanto, no podemos ir a trabajar y la economia se está yendo al garete, además de que miles de personas estan muriendo por culpa de este maldito virus y de la incompetencia de un govierno que ni siquiera sabe lo que tiene que hacer.
En fin, sea como sea, está es nuestra guerra y nos toca salir de esta como sea, aunque no sabemos como ya que nadie da soluciones efectivas. Han mandado a nuestros sanitarios al frente de batalla sin material adecuado. Es como si hubieramos mandado a los soldados a la primera linea con una metralleta de juguete. Y el enemigo, nos guste o no, nos ha vencido. ¿Como acabará todo esto? Nadie lo sabe. Lo que sí tenemos claro es que todo esto nos ha hecho más fuertes, nos ha mantenido unidos, a pesar de estar separados cada uno en nuestras casas, que todos tenemos la esperanza de que el sol un día saldrá, que saldremos a la calle y aunque durante un tiempo no podremos abrazarnos ni besarnos, podremos vernos, disfrutar de la compañia, de todo aquello que un día dejamos atrás. ESTA ES NUESTRA GUERRA Y DE ALGUNA MANERA, AL FINAL VENCEREMOS.
El día a día, lo que me pasa, mientras trato de escribir mis historias eróticas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
DESEO OCULTO 4
— Ven a mi despacho ahora mismo — me ordenó sin preámbulos. Mi corazón se disparó, latiendo a mil por hora. ¿Le habría gustado la escena ...

-
Soy un idiota, así de claro. Por culpa de mis fantasías y de mis deseos, he perdido a la mujer de mi vida, a la más maravillosa. Veréis to...
-
Eran ya las siete de la tarde cuando Mónica llegó a casa después de un largo día de trabajo en la oficina. Nada más entrar en el portal mi...
-
ESTO NO DEBÍA DE HABER PASADO Veinte años habían pasado ya, veinte años desde que Antonio y yo nos habíamos conocido, veinte años desd...
No hay comentarios:
Publicar un comentario