miércoles, 4 de noviembre de 2020

Y SI FUERA ÉL CAPITULO 6

 Al día siguiente nada más levantarme, recibí un mensaje de Alberto diciéndome: “Buenos días, princesa, ¿Has hecho tus deberes?” Le contesté inmediatamente. “Por supuesto”.  “Pues te voy a poner más, debes ponerte un vestido sexy, estrecho, y sin ropa interior debajo, y cada vez que vayas al baño debes masturbarte durante un minuto sin correrte ni una sola vez, pasaré a recogerte a las cinco” Me escribió de nuevo. “Si, Señor, así será” le respondí. Tras eso me vestí como Alberto me había indicado, desayuné y salí hacia el trabajo.


Una vez allí tuve que ir al lavabo nada más llegar y me dispuse a hacer lo que Alberto me había pedido. Estaba excitada, pues pensar en lo que tenía que hacer me excitaba. Me puse en pie, y me masturbé rozando y masajeando mi clítoris, pensando e imaginando que era Alberto quien me tocaba ahí, fue una sensación maravillosa, y cuando volví a mi sitio, me sentía húmeda y excitada, mi sexo palpitaba. Estaba segura de que si seguía así durante el resto del día, cuando llegaran las cinco y Alberto me tocara, iba a correrme en menos de cinco segundos.


Lo peor vino la última media hora de trabajo. A las 4.30 recibí un mensaje que me decía: “Hola Princesa, ¿cómo va eso? Supongo que estarás calentita y muy húmeda. Ahora ve al baño y mastúrbate durante un minuto, cuando termines me lo dices, vamos a jugar un poquito” Le respondí: “Si, Señor” “Y recuerda, nada de correrte”.


Obedecí y fui al baño. Sus palabras me habían puesto caliente. Al volver a mi mesa le envié el mensaje “Ya está Señor” Enseguida me respondió: “¿Cómo estás?” “Muy excitada y húmeda” Le respondí. “¿En qué pensabas mientras te tocabas?” Me preguntó. “En ti, masturbándome, tocándome, que mi mano era la tuya” “Muy bien, así me gusta, que mi perrita piense en su Amo, ¿Está excitada ahora?” Me preguntó. “Si, Señor, siento como mi coño se estremece al pensar en ti” le dije. “Muy bien, putita, ahora volverás otra vez al baño, te tocarás el clítoris y luego meterás un dedo en tu coño durante unos segundos, luego seguirás masturbándote hasta completar el minuto, ¿de acuerdo? Y como antes al volver a tu mesa me lo dices” “Si, señor” respondí, tras lo que de nuevo me levanté y fui al baño. Hice lo que me había dicho, masturbando mi clítoris primero, metí mi dedo a continuación y sentí una pequeña convulsión en mi coño. Saqué el dedo y seguí acariciándome el clítoris, gemí y me excité, deseando volver a meterme el dedo en el coño. Al volver a mi mesa de nuevo le escribí: “Lo he hecho Señor, pero si voy otra vez al baño la gente sospechará” le dije. “Tienes razón, bueno, cuéntame cómo te has sentido esta vez” “Muy excitada, cuando me he metido el dedo he sentido una pequeña convulsión en mi coño, luego he seguido acariciándome el clítoris, pero deseaba tanto volver a meterme el dedo, gemía y jadeaba excitada” “Muy bien putita, lo estás haciendo muy bien. Ahora dime, ¿hay alguien a tu alrededor?” “No, ya sabes cómo es mi despacho, es solo para mí y hay una puerta que lleva al despacho de mi jefe” le conté “Bien, supongo que él está en su despacho y la puerta cerrada” me preguntó. “Si, Señor” “Bien, pues ahora discretamente, tócate, ahí sentada, acaríciale el clítoris y métete dos dedos esta vez, todo durante un minuto y sin correrte, no lo olvides” me ordenó. “Si, Señor” Hice lo que me había pedido, y observando que todas las puertas estuvieran cerradas y nadie pudiera molestarme procedí a obedecerle. “Ya lo he hecho Señor, no puedo aguantar más, estoy a mil” le escribí. “Ya lo sé pero debemos seguir un poco más. Dime, ¿cómo ha ido, que has sentido?” “Buff, he metido los dos dedos y los he movido dentro y fuera un par de veces, sé que no era eso lo que me has pedido, pero no he podido evitarlo, necesito que me folles ya (me atreví a escribir). Ha sido muy excitante y no sé si podré aguantar hasta que nos veamos en un rato” “Muy bien, putita, así me gusta. Pero te castigaré por el atrevimiento de mover esos dedos dentro de ti. Ahora vas a volver a meterte esos dos dedos y los dejarás ahí un rato, te voy a llamar, así que cogerás mi llamada y hablaremos un rato mientras ese par de dedos está ahí dentro” me dijo. “Si, Señor” Le respondí. Y empecé a seguir sus instrucciones. Cuando ya tenía mis dedos dentro de mí a los pocos minutos, recibí su llamada. Cogí el teléfono con la mano izquierda y antes de que dijera nada él mismo me dijo:

Hola Princesa ¿cómo va eso?

Bien – jadeé, estaba tan excitada, y su voz en mi oído aún me excitaba más.

Muy bien, ¿estás excitada, putita?

Si, Señor, mucho – le respondí, jadeando. Cada vez lo estaba más, sentía mis labios hinchándose.

Dime, ¿quieres ser mi putita? ¿Quieres que te folle, que te haga mía?

Sí, Señor.



Sentí como mi sexo convulsionaba alrededor de mis dedos escuchando aquellas palabras. Sin duda, me estaba convirtiendo en su sumisa, su perrita.

Bien, ahora saca esos dedos de ahí dentro y chúpatelos.

Hice lo que me ordenaba.

Dime como saben – me dijo

Salados, a mí, a sexo – le respondí.

Muy bien, princesa, ahora recoge todas tus cosas, es hora de irse a casa, te espero en el vestíbulo.

Si, Señor.


Cerré la llamada y tras recomponerme como pude, recogí mis cosas y por el intercomunicador le dije a mi jefe que me iba. Me dijo que vale, y cogí mi bolso y bajé al vestíbulo. Allí, junto a la puerta, me estaba esperando Alberto, sonreía pícaramente.


Me acerqué a él y nos dimos un tierno beso en los labios y luego acercando su boca a mi oído me susurró:

¿Está caliente, mi putita?

Si, Señor – le dije.

Bien, vamos al coche.


Salimos a la calle y nos dirigimos a su coche. Le dijo al chofer que íbamos a su casa y luego le hizo cerrar la mampara que separaba la parte trasera de la delantera. Gracias a Dios, la mampara era totalmente oscura y el chofer no podía ver nada de lo que sucedía a sus espaldas. Nos acomodamos en el asiento trasero y Alberto pasó su brazo por detrás de mis hombros, acercó su boca a mi oído y me dijo:

Abre las piernas, putita.


Obedecí, y enseguida sentí su mano hurgando en mi sexo, acariciando mi clítoris, mis labios vaginales, comprobando la humedad. Gemí sin poder evitarlo.

Vaya, vaya, mi putita está muy mojada – me susurró introduciendo un par de dedos dentro de mí.

- ¡Oh, Señor! – Musité.

¿Quieres correrte, zorrita?

Sí, Señor – le respondí, sintiendo como mi vagina se contraía alrededor de sus dedos.

¡Uhmm, bien, a ver si lo consigo sin hacer nada o casi nada! – dijo metiendo sus dedos más dentro de mí.  – Desabróchate la blusa y muéstrame tus tetas, preciosa.



Obedecí desabrochándome la blusa y dejando mis tetas totalmente al descubierto, entonces él acercó su boca a una de ellas y la mordió. Acto seguido, metió un tercer dedo en mi vagina, mordió mi otra teta y gimoteé, estaba a punto, tan excitada. Movió un poco los dedos dentro y fuera y mordiendo mi pezón, logró por fin que me corriera en un demoledor orgasmo que había estado deseando toda la tarde.

¡Oh, sí, magnifico putita, magnifico! – Me susurró mientras yo me deshacía empapando sus dedos. Cuando por fin dejé de convulsionarme, y me serené, él sacó sus dedos de mí y se limpió. Cinco segundos después el coche se detenía frente a su casa. 

– Ahora arréglate un poco, no queremos que nadie te vea así ¿verdad?

No, Señor.


Me arreglé y bajamos del coche. Estábamos frente a una casa en la parte más alta de la ciudad, frente a la puerta principal, había un precioso jardín a nuestro alrededor perfectamente cuidado. La casa era moderna, con grandes ventanales. Alberto me llevó de la mano hacía la entrada principal diciéndome:

Bienvenida a mi humilde morada.

Sonreí divertida y le dije:

Pues muy humilde no me parece, perdona que sea tan sincera.

Bueno, algo de razón tienes. Vamos dentro. 


Para saber como empieza la historia puedes leer el primer capitulo aquí:https://relatoserotikakarenc.blogspot.com/2020/10/y-si-fuera-el-capitulo-1.html

O también puedes leer otras historias, como Buscando la pasión:https://relatoserotikakarenc.blogspot.com/2020/09/buscando-la-pasion-1er-capitulo.html

4 comentarios:

  1. Parece algo escrito por un hombre. me distrae. Perturbador relato.No deja de ser excitante.

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    1. Uys, no sé como tomarme eso, jaja, siempre me habian dicho que era muy romántica en mis relatos y por primera vez me dicen todo lo contrario, y no sé si eso es bueno o no. Gracias.

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  2. Respuestas
    1. Hay más capitulos, unos cuantos más, no te preocupes. Pero los voy poniendo poco a poco, e intercalando con otras cosas, para no saturar a la gente. Gracias por leerme.

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